Activistas del colectivo “Feministas en PEM”, pintaron un nuevo mural en la Av. Ernesto Rivero de la ciudad de Puerto Maldonado, con la finalidad de exigir justicia para Ligia Briones Vázquez, víctima de feminicidio.
Como se recuerda, Ligia desapareció el 28 de agosto del 2018 y su cadáver fue hallado recién diez días después. Tras dos años de búsqueda, el pasado mes de diciembre, la policía capturó al presunto feminicida, Wilson Jimenez Tamani, quien se había dado a la fuga poco después que se encontrara el cadáver de la madre de su menor hija.
El mural es una representación de Ligia y contiene el mensaje “feminicidios nunca más”. Fue precisamente Celia Vásquez Figueroa, la madre de la joven asesinada, la encargada de escribir el nombre de su hija, en la parte inferior del dibujo.
Foto: Pavel Martiarena
Celia agradeció a las activistas por hacerle sentir que tiene una familia en Puerto Maldonado y manifestó su indignación ya que la audiencia de control de acusación llevada a cabo el último viernes, determinó que se trata de un feminicidio simple y no se ha considerado ningún agravante.
También declaró que ella vio signos en el cuerpo de su hija, que no se han visto reflejados en el informe de la necropsia; por lo que no se puede solicitar la pena mayor. En ese sentido, prometió que agotará hasta la última de sus fuerzas en ésta lucha para obtener justicia.
Por su parte, una de las mujeres miembro del colectivo mencionó que se esforzaron para lograr representar a Ligia, con el objetivo de que la gente recuerde su historia y el esfuerzo de la familia de la joven, que continúa en pie de lucha.
Foto: Pavel Martiarena
De igual manera, Nay Ruth Enrique, también integrante de Feministas en PEM, explicó que el color amarillo en la ilustración busca captar la atención de las personas, el morado es el color representativo del feminismo y el rojo retrata la urgencia de detener la violencia de género.
Además, Sofía Martínez, fundadora del colectivo, señaló que los murales que han realizado hasta la fecha, tienen como meta que se vuelva algo característico de la ciudad, donde las paredes puedan hablar a través del arte y permita que se escuche la voz y el grito de la lucha de muchas mujeres.