La bióloga Carla Merediz, representante de la Asociación para el Codesarrollo Socioambiental WIPA y a cargo del proyecto Micromax, explicó que este, a través del apoyo de Conservation X Labs y la agencia estadounidense USAID, buscará expandir su proyecto de biorremediación a través de un grupo de microorganismos benéficos.
En ese sentido, explicó, en primer término, que el proyecto Micromax consiste en que “un consorcio de microorganismos, del inmenso grupo de las bacterias (que muchas veces es asociado a las enfermedades, cuando también tiene todo un ámbito amplio de beneficios para la salud), se centra en la biorremediación de aguas contaminadas o residuales de pequeñas industrias”.
“Nos pusimos en contacto con el frigorífico Manu para hacer una experimentación con los efluentes de sus pozas de oxidación. Empezamos a crear una fórmula local sobre la base de microorganismos benéficos”, acotó.
Seguidamente, la especialista comentó sobre el apoyo que recibirán de Conservation X Labs y la agencia USAID para un fin más grande “Cuando hemos visto la oportunidad para poder empezar a investigar y darle continuidad (a Micromax) en la minería, nos pareció fantástico, postulamos y ganamos”, comentó.
Y reveló: “Vamos a investigar su potencial biorremediador sobre zonas que tienen mercurio residual y además vamos a seguir testeando, es decir, vamos a aislar de agua y de suelo microorganismos que ya pueden ser benéficos”.
Merediz, con una maestría en Estudios Amazónicos en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, opinó en Radio Madre de Dios que “si es que no se pone en valor estos microorganismos, vamos a perder oportunidades para remediar bajo costos accesibles”.
“Esto no debería ser algo de lujo, es posible hacerlo y creemos en eso, somos una organización pequeña, no hemos escalado a nivel comercial. Pero sabemos que mientras haya interés de los usuarios o del Estado en que se expanda o se escale en diferentes áreas los resultados van a ser más evidentes. No necesitamos crear infraestructuras inmensas para hacer remediación”, subrayó la especialista.
“A nivel de calidad del agua nos falta un montón de conciencia. No estamos teniendo grandes avances sobre ese tema. Hacemos tratamientos intensivos y esforzados en La Pastora, por ejemplo, pero al mismo tiempo seguimos con los problemas como los vertimientos constantes en Tambopata. No logramos cerrar el ciclo. La seguridad hídrica recién se está popularizando”, lamentó.
“Nos falta eso, nos falta tomar conciencia sobre tener agua limpia. Porque inclusive corren el riesgo nuestros proyectos industriales en la piscicultura, por ejemplo”, agregó.
