Ante la falta de atención de pacientes de hemodiálisis, Omar Soto, presidente de la Federación Nacional Unificada de Trabajadores del Sector Salud (Fenutssa) en el Hospital Santa Rosa, lamentó que los propios afectados lleguen al extremo de protestar y ejercer presión hacia las autoridades para ser correspondidos por el nosocomio.
“Lamentamos que estos pacientes tengan que estar haciendo protesta por lo que por derechos les corresponde. El año pasado comunicamos la necesidad para garantizar el servicio de hemodiálisis, ya que existe un déficit de 4 millones de soles. Pese a esto, el SIS transfirió 300.000 soles, cuando hay varios pacientes están en espera y tienen que esperar a que prácticamente uno fallezca para obtener un cupo”, manifestó Soto, no dejando de mencionar al Gobierno Regional como principal portavoz de anuncios de mejoras al hospital, pero que hasta la fecha no se cumplen.
“Si un paciente deja de atenderse en una sesión, eso complica su estado de salud a nivel crítico y lo puede llevar a la muerte. Ya se ha cuestionado, a través de autoridades como el congresista (Eduardo) Salhuana, por qué se destinó 300.000 soles para este servicio, cuando se gasta alrededor de 5 millones, pero no se tiene respuesta alguna, y esto pone en riesgo la vida de estas personas”, clamó Omar Soto, con indignación.
“Lamentablemente el SIS solo ve números. No voltea a ver que esos soles le salvan la vida a una persona, estamos hablando de 13 o 15 personas que acuden diariamente a este servicio. Detrás del presupuesto, hay una vida y una familia, por eso los presupuestos deben estar garantizados”, insistió.
Para el dirigente, la frase del SIS “Cero costos para el servicio del asegurado” no tiene ninguna veracidad, pues la política del cero costo es inviable sin la garantía de un presupuesto.
“Estos pacientes son críticos, el hospital debe garantizar los insumos, el funcionamiento de las máquinas, los técnicos y especialistas. Parece que las autoridades no entienden y creen que la hemodiálisis es como poner una silla de barbero. Se vive a espaldas de la población, del clamor de la gente”, dijo Soto.