El pasado miércoles, miembros de
la comunidad Nativa Palma Real retuvieron a diez trabajadores de una empresa
mexicana mientras se encontraban en el puesto de control del Servicios Nacional
De Áreas Naturales Protegidas ubicado en el kilómetro 15 de la carretera
Interoceánica. Portando flechas, machetes y rifles, los comuneros condujeron a
los trabajadores hacia su comunidad.
Jenjil Larrazabal, representante de la empresa Lombok S. A. C., dedicada a la concesión de productos forestales, de madera y castaña, fue quien dio aviso a la policía sobre la retención indebida de sus diez trabajadores, así lo explicó el coronel Manuel Azpilcueta en conferencia de prensa.
Asimismo, indicó que la policía realizó un operativo en conjunto con la Marina de Guerra del Perú, la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (DINOES) y el Departamento de Operaciones Tácticas Antidrogas (DEPOTAD), quienes acudieron inmediatamente a la comunidad. Según el coronel, el problema se habría producido porque algunos de los trabajadores de la empresa venían maltratando a los nativos.
LA COMUNIDAD SE PRONUNCIA
En entrevista con el presidente de la Comunidad Nativa Palma Real, César Yojaje Erinel, explicó que la razón por la que se había producido este hecho surgió porque un comunero que se encontraba cazando había sido captado por los trabajadores de la empresa Lombok S. A. C. Cuatro personas de la empresa en mención le habían maltratado quitándole sus pertenencias, así como su arma para cazar, además de vaciar la gasolina de su embarcación.
Asimismo, manifestó que procedieron a llevarse a los diez trabajadores con el fin de que se presente el jefe de la empresa, quien, según su versión, había huido luego de cometer el abuso contra el comunero. Mencionó que la situación no se trató de un secuestro, sino de una forma para conocer los hechos reales y para que el infractor pueda pedir perdón a la comunidad.
Luego del diálogo, el representante de la empresa Lombok S. A. C pidió perdón a la comunidad y al comunero de rodillas, por lo que se llegó a un acuerdo de manera pacífica y se logró liberar sanos y salvos los diez trabajadores de la empresa, quienes retornaron a la ciudad de Puerto Maldonado.