Por: Beatriz García del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP)
No será la primera vez que Yésica Patiachi Tayori estreche la mano del Papa Francisco. Lo hizo por primera vez el 19 de enero del año pasado, pues recibió al Papa Francisco en su propia casa, Puerto Maldonado. Yésica fue quien, junto a su paisano Luis Tayori, transmitió con voz propia los temores y reclamos de los pueblos indígenas amazónicos al Papa Francisco aquel 19 de enero. Un discurso cargado de emoción que fue captado por cámaras de todo el mundo. Un discurso que verbalizó el grito de la Tierra pero, sobre todo, el grito de los pobres. Dos gritos que se funden en uno sólo. Entre el 6 y el 27 de octubre Yésica estará en Roma.
Aquel 19 de enero Delio Siticonatzi Camaiteri, asháninka, también estaba en el coliseo de Puerto Maldonado. Ataviado con su kushma y su corona, propias de su pueblo, era el encargado de conducir una ceremonia preparada al detalle, un coliseo que recreó una comunidad indígena donde el Papa recibió una acogida de agradecimiento sincero.
Los nombres de Yésica y Delio aparecen en el listado oficial que la Secretaría Especial para el Sínodo de los Obispos publicó el último sábado. Más de veinte páginas con una enumeración con los nombres y cargos de los más de 300 participantes que tendrá este evento eclesial y donde se ha invitado, de forma especial, a más de una decena de representantes indígenas. Ellos serán, por lo tanto, la voz de los pueblos indígenas amazónicos peruanos. Pero, ¿quiénes son?
Si bien el rostro y la voz de Yésica Patiachi se liga inevitablemente a aquel discurso ante el Papa Francisco, la convicción y defensa de sus raíces indígenas harakbut tienen su explicación tiempo atrás. Nacida en la comunidad nativa de San José de Karené aunque criada en la comunidad de Puerto Luz, siempre se interesó por su cultura, especialmente por la tradición oral. Desde niña escuchó y recogió cuentos, leyendas e historias de sus mayores. Textos que, posteriormente, recogió en la investigación que le permitió culminar sus estudios como docente en el “Instituto Superior Pedagógico Público ‘Nuestra Señora del Rosario’. Incluso recibió la atención del Ministerio de Cultura, quien la publicó bajo el título ‘Relatos Orales Harakbut’.
En la actualidad, luego de haber trabajado como especialista en Educación Intercultural Bilingüe (EIB) y haber contribuido en la elaboración de materiales educativos en su lengua materna, Patiachi Tayori es docente en el centro educativo de La Joya, a las afueras de Puerto Maldonado. Además de sus inquietudes literarias, Yésica también tiene sensibilidad artística y utiliza la pintura para plasmar la cosmovisión harakbut. De hecho, obsequió al Papa una de sus pinturas donde se refleja la importancia de los bosques para la preservación de la vida y el territorio.
Por su parte, el nombre de Delio Siticonatzi está ligado a la Universidad Católica Sede Sapientiae-NOPOKI, el centro de estudios superior impulsado desde el Vicariato de San Ramón en Atalaya (Ucayali) y donde estudian jóvenes de hasta 18 pueblos indígenas en seis lenguas diferentes. Hoy docente en esa universidad y encargado del albergue juvenil, el devenir de la vida hizo que Delio, posiblemente por carencias económicas en su familia, recalara en NOPOKI para estudiar Educación Intercultural Bilingüe. Perteneciente al pueblo asháninka, procede de la comunidad nativa Santa Rosita, ubicada en el río Tambo, en Junín. Cabe mencionar también que, durante la visita del Papa Francisco a Puerto Maldonado, fue uno de los monitores durante el encuentro de pueblos indígenas con el Santo Padre y una figura clave en la preparación de todo el evento. Además, el 05 de julio de 2018 participó en Roma del Tercer Aniversario de la Encíclica ‘Laudato Sí’ como representante indígena de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM).
Ambos, Yésica y Delio, tienen en este mes de octubre de trasladar ante un numeroso auditorio y visibilizar a nivel internacional la situación real de los pueblos indígenas amazónicos y de la Amazonía en general y, por supuesto, llevarán sus voces al Sínodo Amazónico.
