Cuatro años se han cumplido desde que el Papa Francisco visitó Madre de Dios durante su recorrido por el Perú. En el marco de un nuevo aniversario de su llegada, el obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, Mons. David Martínez de Aguirre, recordó que este encuentro constituyó "un homenaje y reconocimiento a toda la labor de las misiones en los vicariatos".
“Aquel día, con mucha emoción, tenía muy presente a todos los misioneros y misioneras que han dejado la vida, y todas las personas que han ido construyendo esta Iglesia y sociedad. Fue un momento emotivo y emocionante”. Con estas palabras, el obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, Mons. David Martínez de Aguirre, recordaba la visita del Papa Francisco a la ciudad amazónica hace, exactamente, cuatro años, el 19 de enero de 2018.
Y es que la llegada del Sumo Pontífice a Puerto Maldonado y su encuentro con los pueblos indígenas no solo animó e incentivó la labor misionera que se hace en la construcción de la Iglesia local del territorio amazónico peruano, tan amplio y complicado; sino que fue un empuje para continuar seguir trabajando pese a las dificultades. “Para mí fue un homenaje, un agradecimiento y un reconocimiento de toda la labor de las misiones en los vicariatos”, señaló el obispo.
Para los micrófonos de Radio Madre de Dios, Monseñor David Martínez de Aguirre rememoró las primeras palabras que el Papa Francisco le dijo a su llegada al aeropuerto Padre Aldamiz de Puerto Maldonado. “Me decía: ‘Estoy al tanto de todo el trabajo que están haciendo, ánimos y gracias’ Para mí fue un momento muy emotivo (…) Nuestro vicariato ha pasado de tener un grupo de 80 misioneros y misioneras, y precisamente ahora no estamos en el mejor momento”, contó.
Añadió que, incentivados por el Sínodo de la Amazonía, Querida Amazonía y todos los documentos del Magisterio del Papa Francisco, “se incentiva a una Iglesia más abierta, más de cara hacia afuera, siempre atenta a las necesidades de nuestras gentes, siempre poniendo como prioridad a los vulnerables y, en nuestro vicariato, a los pueblos indígenas. Ciertamente son nuestra prioridad, siempre han estado ahí: desde la educación, la salud y los diferentes ámbitos”, mencionó Monseñor David Martínez de Aguirre.