El jueves 03 de septiembre del 2020 será probablemente uno de los días que jamás podré olvidar en mi vida. Eran casi las 7 de la mañana cuando me llegó la noticia.
El tiempo se detuvo por un instante y experimenté ese vacío que muchos han sentido durante esta pandemia perdiendo a un ser querido. Entonces entré en shock. No podía creer lo que había sucedido.
Cuando reaccioné, avisé a mis compañeros del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) de Madre de Dios, y la angustia y la pena llegó al fin.
Hablar, y más aun, escribir sobre el ingeniero Mario Usca Mandujano es difícil. Su papel dentro del COER fue estratégico y decisivo para que la institución tenga grandes cambios y se consolide después de haber sido creada. Hace un año, el ingeniero asumió el cargo luego de recibir la invitación del gobernador regional, el doctor Luis Hidalgo Okimura. Él conocía la capacidad, entereza y profesionalismo del ingeniero. Sabía que el COER iba andar y conducirse mejor en manos de Mario.
Recuerdo que el 2019 fue un año de retos para el COER. A mediados de julio se empezaron a presentar focos de calor que dieron paso a los incendios forestales. Un gran reto y trabajo para el ingeniero, quien encabezaba las salidas constantes- a veces, sin descanso alguno-, para verificar in situ la zona. ¿Por qué lo hacía? Mario era terco, obsesionado con su función pública y estratégica en carácter de prevención de riesgos y desastres. Él no solo veía y recopilaba la información que el COER monitoreaba todo el tiempo, el sentía el dolor de la naturaleza que se consumía en llamas en nuestra selva.
¿Renegón? Por supuesto que sí. Y de esos renegones con cariño, que al ver que la capacidad que tenía el COER en temas logísticos era limitante, continuaba sumando esfuerzos con Defensa Civil y la Compañía de Bomberos, y planeando estrategias para contrarrestar los incendios junto al gobernador y distintas instituciones.
Es de resaltar que el ingeniero jugó un papel decisivo durante su paso por el COER. Gracias a su labor se pudo consolidar toda la información del 2019 y elevarla al Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), al Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) y al Ministerio del Ambiente. Esto bastó para que los ojos del mundo volteen hacia Madre de Dios y puedan acudir a su auxilio.
Al cerrar el año 2019, y luego de superar los incendios forestales con éxito, el COER tuvo una de las mejores gestiones del año. Y es que del presupuesto asignado, el 92 % fue ejecutado. Esto le agradó al gobernador, quien felicitó al ingeniero junto con los demás veedores del gasto público. Esta fue la razón para que el doctor Hidalgo siguiera confiando en su desempeño.
Empezando el 2020, los retos para el COER llegaron nuevamente y Usca lo sabía. Uno de los productos que dejó para la institución es “El Calendario Meteorológico de la región”, algo que jamás se había podido crear antes. Con este producto se marca una visión para toda la cadena de producción de la región porque se puede saber con precisión las épocas de variaciones climatológicas en Madre de Dios.
Comunidades Nativas
El profesionalismo de ingeniero Mario logró llevarlo por más de 15 años a recorrer todas las comunidades nativas de la región. Él no solo pasó por el COER, años atrás jugó un papel importante mientras trabajaba en el municipio como subgerente de Comunidades Nativas y Participación Ciudadana, y también como jefe del área formuladora de proyectos AFEP, durante la gestión del alcalde Alain Gallegos.
No solo era estimado, era muy querido. A donde él fuese la gente lo trataba con cariño. “Llego Mario… maten gallinas” Lo recibían con abrazos y sonrisas. Recuerdo que pude acompañarlo a Sonene, Puerto Pardo, Tres Islas, Yomibato, Diamante, Boca Inambari, Puerto Luz, Pukiri y Shiringayoc. Una gran labor es la que hizo Mario por estos lugares de nuestra región, y las personas sabían reconocer eso.
Cada salida era una cátedra para mí. Muchos de nosotros, que desconocíamos de los problemas de las comunidades y de su distancia desde Puerto Maldonado, éramos siempre un motivo de enojo para Mario. Quería que estas comunidades sean oídas, no solo en la región sino también afuera. Quería que fueran atendidas como se debía. Era un convencido de que merecían toda la importancia del mundo y de que se les debía conceder por derecho sus pedidos en temas de salud, educación y servicios básicos.
Mario, hoy los rincones más alejados de nuestra región te lloran y extrañan. Será difícil no extrañar tus enseñanzas. Tu llegada todos los días con la mochilita que tenías desde que cursabas tus años por la universidad, y que jamás querías botar ni cambiar a pesar del paso del tiempo. “Mi compañera y fiel testigo de las cosas que viví por donde fui”, decías.
Con su familia
Mario viene de un hogar de siete hermanos siendo él el sexto. Era admirable la preocupación que tenía por sus padres. En este último tiempo, llevó con mucho zozobro el luto al perder a su padre, un sobrino y un hermano producto de la pandemia.
Otro recuerdo que se me viene a la mente es que siempre esperabas los sábados con ansias. Si no había salida de campo o algún tipo de emergencia, estaba despierto desde las 5 de la mañana para ir al campo ferial a comprar víveres y ese pescado de río que tanto le gustaba, para luego ir con su madre y que lo engría como cuando era niño.
Como jefe
Siempre me rondaba la idea de ¿cómo uno llega a consolidarse como profesional? ¿Cómo ser jefe y ser líder?, ¿cómo dejar enseñanzas en las personas, tener carácter y no caer en el llamado de atención? Cómo dejar tu paso por la tierra y que nunca sean olvidados…
Humildad, la derrochaste por todos lados. Eras tú, sin poses. “Al inge no les gustan las fotos”. Siempre fue así. Él me decía, riéndose a carcajadas: “Paolo, no me tomes foto a mí”.
Ingeniero, sé que estas allá arriba con nuestro Padre Celestial, y desde allá seguirás monitoreando tu región, tu calidad de aire, tus focos de calor, el crecimiento del río, tus estaciones meteorológicas que tanto peleaste para poder conseguir, tus reglas hidrometeorológicas. Ingeniero, fuiste un defensor de la naturaleza de tu tierra, de las sangres de tu tierra, de los tuyos…
Ingeniero, es solo un hasta luego. Tu trabajo no será olvidado ¡Hasta siempre!