“Tenemos que separar la paja del trigo”, afirmó el superintendente nacional de Migraciones, Jorge Fernández Campos, tras llegar a Puerto Maldonado para inaugurar la nueva oficina de su institución. La autoridad se refirió a cómo evitar la infiltración de personas con antecedentes penales en el país.
"Invitamos a los extranjeros a que inicien su proceso de regularización migratoria. Sabemos que por múltiples circunstancias no han podido, pero deben hacerlo para garantizarles todos sus derechos como residentes del Perú, además de colaborar en la lucha contra la inseguridad”, declaró.
Y precisó: “Hay un estigma muy generalizado sobre la población extranjera, injustificada, por cierto; pero tenemos que separar la paja del trigo. Y la única manera es con su colaboración”.
“Una persona que esté al margen de la ley no va a enseñar sus documentos porque no quiere que las autoridades policiales lo identifiquen. Por eso, queremos que los extranjeros de buena fe saquen su documentos para que no sean confundidos con delincuentes”, comentó Fernández.
Luego de presentar la oficina descentralizada de Migraciones, la cual, según su propias palabras, se construyó con un presupuesto de más de 5 millones de soles, Fernández Campos enfatizó que otras de las cosas que buscan evitar con la regularización son los delitos que se perpetran alrededor de la migración irregular.
"Partamos de que la migración en el Perú no es un delito. Lo malo es que alrededor de la necesidad del migrante se tejen muchos delitos. Muchas mafias buscan lucrar con el migrante, les dan expectativas que no existen. Los explotan, los someten a la trata, y eso queremos evitar”, explicó.
Ante la pregunta de si está de acuerdo con militarizar zonas fronterizas para expulsar a extranjeros, como denunciaron hace más de un año migrantes haitianos y africanos sobre el río Acre, Fernández recalcó que no se debe confundir la inadmisión y la expulsión.
También reveló que su despacho, con la ayuda da la congresista Norma Yarrow, de Avanza País, pretende impulsar una ley para perdonar multas migratorias a aquellos extranjeros que no supieron a tiempo que se les iba a cobrar montos inusitados de hasta 46 soles diarios.
