“El dengue en Madre de Dios tiene un comportamiento estacional, es decir, aumenta con el periodo de lluvias y disminuye cuando este desaparece. Eso ocurre siempre”, determinó el médico epidemiólogo Carlos Manrique Lara, director de Inteligencia Sanitaria de la Dirección Regional de Salud (Diresa) de Madre de Dios, tras recibir el reporte de que la disminución de casos se dio en un 90 %.
“Generalmente asciende en octubre o noviembre y termina en marzo o abril. En el 2019, cuando hemos tenido el brote más grande de toda nuestra historia, los casos se triplicaron en octubre y bajaron en marzo del año siguiente. El comportamiento es el mismo”, acotó.
Explicó, en ese sentido, que, al disminuir las lluvias, los recipientes que se convierten en criaderos reales disminuyen, dejando de tener el elemento que posibilita la existencia de una gran población de mosquitos adultos y de nivel de tansmisión de la enfermedad.
Los distritos de Madre de Dios que reportan la mayor cantidad de casos son Tambopata (920 casos), Las Piedras (189), Inambari (155), Iberia (110) y Laberinto (63). En los demás distritos se reportan menos de 20 casos; en tanto, en Fitzcarrald y Manu no se ha registrado ninguna persona con dengue.
Para Carlos Manrique, sin embargo, no todo se resume en los cambios estacionales. “Hay un trabajo fuerte de la mano de estos elementos climatológicos que tratan la prevención de la salud, tratamientos precoces, etc. No hay desconocer el trabajo de las autoridades”, declaró.
Asimismo, como parte de las acciones de control se han fumigado 20 000 casas en Madre de Dios con la participación de más de un centenar de fumigadores y anotadores. “Trabajamos en el aspecto educativo, en los colegios. Es un trabajo conjunto, también en los cementerios, hemos cambiado la práctica común de tener floreros con agua a utilizar ahora floreros con arena”, detalló.
Más presupuesto
El médico epidemiólogo también destacó la decisión que tomó el Ministerio de Salud de asignar un presupuesto de S/ 1 122 000 a Madre de Dios, bajo la justificación de declarar en emergencia sanitaria a 13 departamentos y reforzar la vigilancia epidemiológica, comunicación y atención a las personas.
“El presupuesto siempre es bueno, ya que los presupuestos regulares para estas actividades siempre son escasos”, lamentó Manrique.
Y detalló: “Para el dengue está dentro de una estrategia que a su vez tiene que ver otras enfermedades, o sea, es un presupuesto ínfimo, siempre es muy escaso, y nunca hemos podido afrontar un brote como los hemos tenido a lo largo de estos años con ese presupuesto”.
Por otro lado, elogió también el hecho del apoyo en personal de salud, pues, según Manrique el sistema regional que vela por el cuidado de pacientes tienda a colapsar ante este tipo de brotes de enfermedad. “Siempre nos falta recursos humanos, gente para que haga las visitas domiciliarias, fumigación, etc.”, definió.
